Según las estadísticas del CAE, el 21.9 por ciento de
la Comunidad Judía en México está conformada por Adultos Mayores, y en 20 años esta cifra llegará a ser del 28 por ciento. México está dejando de ser un país de jóvenes y en un futuro no muy lejano, uno de cada cuatro personas vamos a estar en esta etapa de la vida.
Al decir “vamos”, es tomar conciencia que nosotros, los ahora jóvenes vamos a ser parte de esta estadística; por lo que los invitamos a reflexionar no solo sobre el papel que ahora tenemos como hijos, sino pensar qué deseamos que ocurra en nuestra vejez.
El haber participado en Beyajad, El Encuentro, fue muy enriquecedor. Comprendimos que la primera instancia responsable del bienestar del Adulto Mayor debe ser la familia; quien se tiene que solidarizar ante la situación que se le presente, para proveer a su familiar de las atenciones, cuidados médicos y sobre todo, compañía y amor. Está comprobado, que el hombre es un ser social, por lo que debemos evitar la soledad para poder vivir más y mejores años; que también se viven más años si lo hacemos en pareja, y que el mejor lugar para terminar nuestros días es en nuestro hogar, rodeado de los seres queridos.
Es por esto, que así como nos preocupamos, atendemos y procuramos entender las necesidades de las diferentes etapas de la vida desde el nacimiento, niño, joven y adulto; no debemos de excluir esta última etapa.
Se sugiere antes de llevar a cabo cualquier acción, tomar en cuenta la opinión del Adulto Mayor, para actuar según sus necesidades, y no en base a lo que nosotros pensamos que necesita. Como familia, podemos pedir apoyo a los profesionales e instituciones, pero no podemos deslindarnos de la responsabilidad moral que nos corresponde.
Agradecemos al CDI que haya abierto esta importante plataforma, uniendo a los líderes de los diferentes sectores de la Comunidad, en un esfuerzo conjunto para tomar futuras decisiones en una misma dirección, y generar programas adecuados a nuestra realidad comunitaria.
Los invitamos a educar a nuestros hijos con el ejemplo, conviviendo con la vejez en forma natural e incluyente.
Como dicen los abuelos: “Como te ves me vi, como me ves te verás”.