El calendario judío nos ofrece oportunidades para expresar toda la gama de las emociones humanas:
el alivio por la libertad en Pésaj, la satisfacción por el fruto del trabajo en Shavuot, la conciencia de la responsabilidad en Rosh Hashaná, la contrición en Yom Kipur, y la alegría de la vida en Sucot. ¿Por qué le dieron los sabios a la fi esta de Sucot el nombre de ‘Zman Simjateinu’ – el tiempo de nuestra alegría – a esta fi esta? En primer lugar, viene inmediatamente después de un largo período de introspección, autoanálisis y reflexión. Esto podría llevarnos a un estado de ánimo sombrío. Por ello, la Torá nos ordena: Y te alegrarás en tus fi estas y estarás verdaderamente alegre, pero en Sucot en particular, agrega: tú, y tu hijo, y tu siervo, y el extranjero que habita contigo. Sucot, la fi esta de la recolección de la cosecha, es el tiempo para agradecer, reconocer en todo lo que tengo la bendición de D-os, y ensanchar mi corazón para compartir. Sabemos que el ser agradecido es fuente de felicidad, y el compartir no lo es menos. Así, después de haber pasado por la solemnidad de los Yamim Noraim, con la confi anza y la esperanza en un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, viene Sucot a recordarnos lo afortunados que somos, a contar nuestras bendiciones y alegrarnos con ellas. Es el tiempo de dar gracias por lo que somos y por lo que hemos crecido, por lo mucho que tenemos y por la posibilidad de compartir. Es por ello, que podemos considerar a esta fi esta nuestro ‘Thanksgiving’ – el tiempo de mirar no lo que nos falta, sino lo mucho que tenemos que agradecer. Y así lo hacemos en Sucot: viviendo en fragilidad para agradecer la fortaleza, compartiendo con familia y amigos la seguridad de ser parte de una Comunidad que nos cobija y protege, bendiciendo el lulav y el etrog, los símbolos que nos recuerdan que se necesita de la unión de todos para que haya bendición…
¡Jag Sucot Sameaj!
//SARA DRUKER-ROSENBERG
Maestra de Biblia y Estudios Judaicos en la Universidad Hebraica
