Cabalmente hoy cumplo tres semanas en esta rehabilitación y quería contarles como está el rollo.
Primero que nada, la idea que yo tenía antes de venir aquí es muy diferente a lo que está sucediendo. Yo juraba que me iba a venir por un par de meses (o el tiempo que tomara) e iba a regresar caminando a Guatemala. Pero definitivamente así no está la cosa. El equipo de terapistas, que por cierto es impresionante, no puede hacer que mis piernas se despierten. Eso solamente el de allá arriba sabrá cuando. El trabajo de los terapistas es fortalecerme lo que yo ya puedo mover, para hacerme más independiente con los recursos que tengo hoy en día. ¡Y lo están haciendo demasiado bien!
No tienen idea como me están sacando el jugo, pero es impresionante ver los resultados de estas tres semanas. Ya puedo hacer cosas que antes del accidente hacía con mucha facilidad, ahora con un poco de más esfuerzo. Por ejemplo, algo tan simple como poder levantar la cabeza de la almohada cuando lo oreja está toda doblada y totalmente dormida. O simplemente poder rascarme yo solito cuando me pica algo. Es increíble la cantidad de veces que uno se rasca en el día, pero lo hace inconscientemente mientras hace algo más, y me di cuenta de esto por la cantidad de veces que tenía que molestar a alguien para que me rascara…
También me han dado algunos utensilios para facilitarme la vida y volverme más independiente. Con un simple velcro que me ponen en la mano puedo ‘sostener’ un tenedor y comer solo. Solamente necesito que alguien me prepare el plato y ya puedo comer a mi propio ritmo. Así que señoritas, ¡ya podemos salir a cenas románticas! Solo que me van a tener que partir mi carne y como no puedo firmar me van a tener que invitar, jejeje…
Mis manos aún siguen dormidas y no las puedo mover, pero con un movimiento de muñecas que se llama tenodesis puedo agarrar bastantes cosas, especialmente si son pequeñas y de poco peso. Por ejemplo uvas, que estoy comiendo demasiadas… voy a empezar a hacer vino. También puedo jugar sheish beish así que cuando quieran les puedo dar clases…
Y así como estos, he visto más resultados, y estoy seguro que habrá más en estas semanas que me quedan. Así que ¡pa›lante porque pa’tras, ni pa’agarrar impulso!…
¡Siempre teikirizi! Abrazo”.
Esta fue una nota que publiqué en mi Facebook, respondiendo a tantas preguntas y muestras de cariño de familiares y amigos, mientras estuve en el Jackson Memorial Hospital de Miami, en una rehabilitación intensa durante seis semanas para aprender a vivir con una lesión medular. En ese entonces, no podía ni rascarme la nariz, así que dicté estas frases a mi computadora por medio de un sistema de reconocimiento de voz. Con esta nota empezó esta gran travesía en la que me encuentro hoy. ¡Y vamos por más! ¡Teikirizi y pa’lante!