
Aunque las apps de salud más conocidas son las
relacionadas con el autocuidado (apps de fitness, para perder peso, etcétera), el poder de la salud digital va mucho más allá y nos podrá ser útil en situaciones que no podemos ni imaginar, como hemos visto en cuatro años anteriores, dentro del MWC, donde se encuentran las start-upsllamadas a ser ‘disruptoras’ en sectores que van desde la salud a la educación, pasando por los medios de comunicación, el internet de las cosas y las finanzas.
La start-up de San Francisco Grindbit se llevó el premio del Global Mobile Innovators Tournament en salud, con un dispositivo en forma de banda que se coloca en la cabeza y que, a través de un sensor de vibraciones, registra información sobre cómo duerme una persona con bruxismo, es decir que aprieta y rechina los dientes durante el sueño, un problema que padece alrededor del diez por ciento de la población. Los datos los envía a una aplicación móvil y el paciente podrá comentarlos después con su médico. Su impulsor, Peter Ma, padece esta condición y cree que las soluciones actuales, los protectores de dentadura, no son suficientes.
Otra solución interesante es Videotherapy, diseñada por emprendedores de Israel, país en el que hay un importante ecosistema de salud digital. Se trata de un programa para realizar fisioterapia desde casa que el paciente puede seguir desde su televisión, móvil o tableta. Su valor añadido es la incorporación un cámara 2D que analiza los movimientos de la persona haciendo la rehabilitación. Lo mismo que hace la Kinect, pero sin necesidad de comprarla. La solución está pensada para fisioterapeutas y centros médicos que prescriben ejercicios de rehabilitación a pacientes con condiciones como esclerosis múltiple o que se recuperen de cirugía, o cualquiera que necesite rehabilitación. La solución diseña también los mejores ejercicios para cada paciente en función de unos algoritmos determinados. “El objetivo es conseguir tablas de ejercicios más precisas y adecuadas a cada paciente con los datos que vayamos acumulando, es la inteligencia clínica colectiva”, nos explicaba Roy Shteren.
Y entre las soluciones presentadas en la Digital Health & Wellness Summit -principal evento de salud en el Congress- está BeYou, una app en la que el usuario está conectado con un coach o entrenador personal que le ayuda a mejorar su dieta, a hacer más ejercicio y a tener mejor salud emocional. Impulsada por un equipo de jóvenes internacionales instalados en Barcelona, aseguran que la app tiene 3 000 usuarios activos y 30 000 descargas.
También trabajan desde Barcelona los dos holandeses, Lazlo Bax y Hans Supèr (neurobiólogo con beca ICREA), que impulsan BrainGaze, una solución que quiere ayudar a escuelas y hospitales a diagnosticar TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad). El método de Braingaze se basa en el poder predictivo de los pequeños movimientos que realiza el ojo y que es un marcador de procesamiento cognitivo visual (cognitive vergence). Actualmente la solución está en fase de validación clínica en el Hospital de Mataró, en Barcelona, y pronto van a empezar a trabajar con escuelas.
La app OME nos sitúa en un escenario de futuro, en el que el conocimiento de nuestra genética y la inteligencia artificial nos ayudarán a tomar decisiones de salud más acertadas. La solución, de Pathways Genomics, con sede en San Diego, California, pretende hacer recomendaciones personalizadas al usuario sobre cómo mejorar su salud, teniendo en cuenta una serie de parámetros: su información genética, resultados de análisis y pruebas, la historia clínica electrónica, datos provenientes de ‘wearables’… La solución usa IBM Watson y está en fase alfa, es decir, se está trabajando en la primera versión. “Pronto podremos analizar nuestro genoma por 100 dólares -ahora cuesta 1 000-, esto cambiará la forma en que tomamos decisiones sobre nuestra salud”, decía Michael Nova, CIO de Pathways Genomics.
Y no todas las buenas soluciones llegan de start-ups occidentales. En 4YFN hablamos con los creadores de CloudTherapy, una iniciativa de dos emprendedores ecuatorianos que quieren mejorar las búsquedas sobre información de salud. Su app está conectada con fuentes de información acreditadas como el NHS británico y el CDC estadounidense, y contesta a las preguntas que formula el usuario. La app geolocaliza en el mapa en qué lugares se está hablando más de diferentes enfermedades.
Con todo, la app tal como la conocemos actualmente, en nuestro teléfono o tableta, tiene los días contados, según precedió en su charla el cazador de tendencias Mark Curtis: “Las apps no están a punto de extinguirse pero el escenario en el que operan está cambiando de forma dramática”. Y es que con el internet de las cosas y los objetos de nuestro entorno conectados entre sí, pronto no tendremos que consultar el móvil para saber cuántas calorías hemos ingerido sino que un tenedor inteligente nos lo comunicará directamente.
Fuente: www.eleconomista.es





