Aunque William Shakespeare fue el dramaturgo más

popular a finales del siglo XVI, el más respetado era Ben Jonson, y en esta puesta los estudiantes de Preparatoria del Colegio Hebreo Maguén David, bajo la dirección de Juan David Amador, nos muestran su versión de esta adaptación realizada por David Amitín y Mauricio Kartun. Volpone es un caballero que finge estar moribundo para burlar a tres hombres que quieren su fortuna y harán lo que sea para conseguirlo. Un hombre desheredaría a su hijo. Otro hombre entregaría a su esposa a otro hombre. Un abogado falsificaría la verdad. Una mujer que ya enviudó cuatro veces enviudaría una quinta vez. Hasta Mosca, el criado de Volpone que lo ayuda a guardar su secreto, traicionaría a su mejor amigo para conseguir esa fortuna. Uno por uno, nos damos cuenta que el hombre escoge el dinero antes que el honor o la lealtad.

Lo que vi en escena

Destaca el trabajo de vestuario y maquillaje que sitúan esta puesta dentro de la tradición de Comedia De’l Arte (ya que muchos de los actores tienen máscaras que cubren sus expresiones y usan su cuerpo para expresar más que su cara). No todos los personajes tienen máscaras, aunque sí resulta que los más memorables son los que usan máscara, y dicen lo que quieren decir con las posturas que escogen para sus cuerpos. Destaca la inclusión de un número musical a la mitad de la obra que viene de la nada, pero que inyecta a la puesta con una energía infectuosa. Orly Grobeisen (que interpreta a la viuda Doña Luppa, una mujer de la que sospechamos que pudo haber asesinado a alguno de sus cuatro maridos muertos), muestra un experto manejo de comedia musical en esta grata sorpresa en medio del montaje. La obra tarda en arrancar y a algunos de estos jóvenes les cuesta trabajo manejar el peso de sus personajes, pero resulta ser una puesta muy divertida y una que nos invita a reflexionar sobre el poder que tiene la avaricia sobre nosotros.

Un tal Volpone

Festival de Teatro Habima 2015   

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