Cada año el Festival Aviv Carlos Halpert de Danza Judía junta a una gran cantidad de personas judías

para celebrar la danza. Cada una de las coreografías va acompañada de una serie de factores, los cuales se encargan de que los proyectos sean de calidad. Uno de los factores con mayor importancia es el vestuario. Como en todo evento de entretenimiento, la caracterización es muy importante y es a través de las prendas que esto se logra. Cuando hablamos del Festival Aviv, hablamos de representaciones de música y danza del pueblo judío alrededor del mundo. Debido a que cada grupo participante elige un tema específico del judaísmo, este debe acompañarse por un vestuario que ayude a transmitir el mensaje que la danza y los bailarines interpretan de este.
 A lo largo de la historia del Festival, ha ido evolucionando la forma en que se incorpora la vestimenta, ya que al principio no era tan elaborado y poco a poco se le ha dado mucho mas énfasis. La creación del vestuario de cada grupo requiere de un proceso mucho más elaborado que solamente elegir lo que se “vea bonito”. Debido a que cada coreógrafo tiene una idea en mente sobre la manera en que se va a transmitir su tema, hay una investigación detrás, dentro de la cual busca acercarse a vestimentas tradicionales que representan alguna época, etnia, entre otros, usualmente del pueblo judío. Este proceso toma unos seis meses aproximadamente.
 Los vestuarios muchas veces tienen una variedad de colores y diseños que intentan lucir las coreografías, ya que la competencia entre los grupos está reñida. Obviamente, estos siempre van de la mano de la temática del baile, por lo que hay casos en donde no hay una extravagancia de estos, y con un vestuario simple puede tener el mismo impacto visual. 
 Por lo general, se mandan a hacer los vestuarios para cada bailarín cada año, ya que estos son personalizados, aunque también existe la posibilidad de pedirlos prestados. 

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