JCC Global conecta a más de mil centros comunitarios judíos de todo el mundo, creando programas de colaboración, de compartir ideas innovadoras y recursos, con el objetivo de enriquecer la vida de las comunidades a través de una inmensa red de trabajo que trasciende a favor de la identidad y la educación judía.
A la cabeza de todo esto se encuentra Ishie Gitlin, quien finaliza su periodo de trabajo como Presidente del Consejo Directivo de JCC Global, siendo homenajeado durante el desarrollo de lo que fueron por una parte la Conferencia Mundial que se llevó a cabo del 3 al 6 de noviembre en la ciudad de Jerusalem, así como la Segunda Conferencia de AMITIM, con la asistencia de más de quinientos líderes, incluyendo la presencia de miembros del Comité Ejecutivo del CDI, quienes participaron en el amplio programa enfocado a conocer, analizar y compartir la experiencia de todo este capital de labor en los centros comunitarios judíos.
Nos permitimos entrevistar a una figura como Ishie Gitlin, quien se sitúa a la cabeza de lo que el liderazgo judío significa, al haber ocupado cargos que van desde ser en varias ocasiones Presidente del Consejo Directivo del CDI, Presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México y portar por varias décadas, una fuerte influencia en la directriz de los centros comunitarios judíos del mundo desde su Presidencia en el JCC Global, la cual justamente evolucionó durante su dirigencia, siendo en otros tiempos la World Confederation of Jewish Community Centers (WCJCC).
Ishie, al finalizar tu periodo como Presidente del Consejo de JCC Global, realizaste muchos cambios en esta organización, ¿cuáles son los que consideras más importantes durante tu gestión?
Sin duda, lograr un equipo extraordinario conformado por Jane Gellman, Presidenta de JCC Global, y Smadar Bar-Akiva, una extraordinaria Directora Ejecutiva. Generamos muchos cambios porque, en primer lugar, para poder ayudar teníamos que conocer y así empezamos a viajar por todo el mundo. Organizamos seminarios de estudio en Latinoamérica, fuimos a Venezuela, Argentina, Brasil, viajamos también por Europa. Participé en tres congresos comunitarios europeos en Bucarest, Londres y Marsella. Realizamos una reunión increíble en Roma donde vinieron muchísimos delegados de todas partes del mundo; viajamos por Rusia y Ucrania, visitamos Rumania, Bulgaria, Serbia; recorrimos Francia, hablamos con líderes de todas las comunidades. En Estados Unidos, visitamos muchísimos JCC. Además tuve la oportunidad de conocer muchos centros comunitarios en Israel que se llaman Matnasim, más de quinientos que ofrecen servicio a cerca de tres millones de israelíes, quienes pocos de ellos tienen contacto o conocen el mundo judío.
Pude atestiguar un renacimiento de la vida judía en lo que fueron los países de la Unión Soviética y Europa del Este; muchos hijos de matrimonios mixtos que por las circunstancias han retornado al judaísmo pero no saben cómo ser judíos y nosotros hemos ayudado en esa búsqueda. Con estos ejemplos podemos definir la manera en la que ayudamos para que las comunidades judías puedan desarrollarse y crecer. Después de las primeras visitas, cuatro o cinco años después, vimos que muchos jóvenes ahora son líderes de esas comunidades, existe hoy en día, un verdadero renacimiento especialmente en Europa del Este y en la ex Unión Soviética, atacando así los problemas de antisemitismo a través del hecho de que las comunidades se fortalezcan mutuamente.
¿Cuál fue el objetivo de los Congresos?
Estos eventos son los que le dan fuerza a nuestro movimiento al reactivar acciones y conocer experiencias de muchos otros lugares. Basados en los valores judíos, es como se llega de la visión a la acción, y la meta es siempre ofrecer al pueblo judío una vasta red de interacción e intercambio a través del mundo. En este último congreso inolvidable, se llevó a cabo un cambio en las mesas directivas, y finalicé mi periodo como Presidente del Consejo junto con Jane Gellman la Presidenta. Ambos recibimos una gran sorpresa cuando realizaron un homenaje por nuestra labor. Los mensajes y las muestras de cariño y amistad de todas las comunidades fueron muy emotivas y me dejaron una profunda experiencia. Hablando de todos los logros que hemos hecho, es increíble que en el transcurso de los años, se ha brindado ayuda a mucha gente, y hemos transmitido nuestros conocimientos a líderes de todo el mundo judío, sobre todo al apoyar a quienes no tienen recursos por la situación política y económica de los países donde viven algunas comunidades y que no saben cómo mantener vivas a las instituciones.
¿De dónde vienen los fondos para este tipo de organizaciones?
Los socios principales son la Asociación de JCC, los Matnasim y el Joint, además de otras instituciones como nuestro Deportivo y a nivel personal muchos líderes del mundo judío. Para la actividad de AMITIM, participaron nuestra Secretaria del Comité Ejecutivo, Mónica Kibrit de Snaiderman, junto con Roberto Salomón, Consejero del CDI y Jorge Wigisser, Director General de nuestra Institución. Este proyecto tiene un apoyo muy importante de la Federación Judía de Nueva York.
¿Cuántos años estuviste trabajando para esta organización?
Fue en 1991 cuando los líderes de Estados Unidos, la mayoría ex presidentes de la JCC, organizaron una visita a nuestro país, el Consejo Directivo del CDI me nombró como representante, tuve un primer viaje a Rusia, Hungría y la República Checa, y al año siguiente me dieron el cargo como Secretario. Un año después llegué a ser Senior Vicepresident. Sin embargo, tuve necesidad de dejarlo en el periodo que fui presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México. Posteriormente, trabajé mucho para el Consejo Ciudadano de Seguridad en el Gobierno de México, siendo además asesor de varios presidentes de la República. Hace aproximadamente diez años, el Deportivo me volvió a mandar a un congreso de la WCJCC en Haifa, fue cuando nuevamente me involucré al captar mi atención la labor tan importante de apoyar el judaísmo mundial. Años antes ayudamos a formar el primer centro comunitario en Moscú, cuando no existía nada y un tiempo después, la líder de todos los centros comunitarios de la ex Unión Soviética, me platicó que ya había más de 180. Al ser evidente el renacimiento judío, me sentí muy motivado.
Hace siete años recibí una llamada de Jerry Spitzer, Presidente de la World Confederation de los JCC, y me dijo: “Estamos por nombrar un Presidente del Consejo y estamos pensando en ti”. Le pregunté: “¿Por qué en mí?” “Bueno, queremos a alguien del mundo judío que no sea de Estados Unidos y que sea un gran líder comunitario”. Le contesté que el judaísmo fuerte está en Estados Unidos o en Israel. Finalmente me convenció y acepté el cargo como Presidente del Consejo de la entonces WCJCC. Hoy estoy muy satisfecho de mi trabajo, salgo muy enriquecido, muy contento, cierro círculos, creo que hay mucho que hacer en el mundo judío y es un mundo increíble.
¿Con esto finalizas tu participación en JCC Global, das campo a que continúen otros o cómo vas a seguir este trabajo?
Ahora tengo un cargo honorario dentro de JCC Global, me nombraron Honorary Chairman, y personalmente tengo el fuerte compromiso de apoyarlos. Toda esta labor me ha dado mucha experiencia y quisiera seguir participando en el logro de objetivos, aunque continúo con un trabajo muy intenso en el CDI, y por supuesto mi vida personal, pero siempre estoy atento de apoyar.
¿Cuál sería en estos momentos con la experiencia que tienes de todas las comunidades, tu máxima preocupación con respecto al judaísmo mundial?
Son varias preocupaciones. Primero el enorme antisemitismo que hay en toda Europa, algo que parece no tener una solución y que está obligando a muchos judíos a salir de sus países. Por otra parte, la asimilación que es un problema fuerte. También la crisis económica existente en el mundo, por la cual hay que brindar ayuda en forma constante para que se integren a la comunidad, dándoles los servicios que ellos necesitan. Otra gran preocupación es que el Estado de Israel esté en paz y que se puedan resolver todos los problemas, porque realmente es el crisol de las comunidades judías, es nuestra gran patria espiritual y es a donde puede llegar cualquier judío del mundo.
¿Hay modelos como el CDI en otros lugares del mundo?
En verdad que la Comunidad Judía de México es extraordinaria y en especial el CDI; no hay muchos modelos, pero por ejemplo, en Sao Paulo, Brasil, hay una Hebraica también con muchísimos socios y con una actividad judía muy intensa, aunque creo que el contenido que brinda el CDI es muy fuerte. Es muy importante mencionar que en el CDI el trabajo voluntario no es comparativo con ningún otro lugar, no existe en otra parte del mundo. Es un gran tesoro.
¿Te ves optimista con el futuro del judaísmo en el mundo?
En general soy muy optimista, y después de lo que hemos pasado 2000 años, no solamente hemos traspasado muchos obstáculos, también nos hemos fortalecido. Recordemos que el judaísmo en tiempos de crisis se fortalece. Somos un pueblo que nos ayudamos los unos a los otros, en México tenemos un liderazgo joven extraordinario, estoy tranquilo porque la continuidad tanto del Deportivo como del resto de las instituciones, está en las mejores manos. Servimos como ejemplo en otras comunidades del mundo. Estoy muy optimista porque a pesar de todos los retos, salimos adelante.
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