Mi Cuenta CDI

Mensaje del Departamento de Educación de la UMM para los Yamim Noraím 5775

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//*Rabino Carlos A. Tapiero

Queridos amigos:
Decía el Rabi de Porisov:

"El Talmud declara que la expresión "היה", "fue", es una señal de tristeza, mientras que la frase "יהיה", "será", es un presagio de alegría. La razón de esto radica en lo siguiente: cuando miramos nuestros actos pasados -los que ya fueron-, es inevitable que sintamos cierto dolor frente a sus imperfecciones, a sus deficiencias y a sus errores. Por el contrario, con las acciones futuras -las que serán-, nuestras esperanzas son de excelencia. Se nos abre una puerta nueva y magnífica, llena de posibilidades a ser alcanzadas, lo que proporciona a nuestras almas una enorme alegría".

Rosh Hashaná es una puerta al futuro, a un futuro esperanzador, promisorio, de cambio y crecimiento. Dejamos el "fue" del año que fenece, por el "será" del naciente nuevo tiempo. Rosh Hashaná y los Yamim Noraím todos nos permiten creer un poco más en nosotros mismos; en nuestras capacidades individuales, familiares, comunitarias y nacionales. Rosh Hashaná y su proceso contemplativo, reflexivo, introspectivo, nos impulsa a renovar promesas de mejoras, compromisos con proyectos y el establecimiento de metas elevadas que nacen de nuestra más profunda sinceridad. Es un retorno (teshuvá) a la alegría de aspirar a crecer, hacer y ser más, devolviéndonos a ese asombro que creíamos perdido. Es una señal de agradecimiento por el regalo de la vida, apreciando lo afortunados que somos de estar en este mundo rodeados de afectos, de gente que nos quiere y a la que queremos.

Rosh Hashaná habla de futuro, y todo futuro incluye a nuestros hijos, niños y jóvenes. Ellos, con su sola presencia enfatizada por la fuerza de Rosh Hashaná, nos hablan del futuro hermoso y promisorio que contienen dentro de sí -un futuro que puede y debe ser alentado por nosotros, los adultos-. Ellos son la seguridad de la trascendencia de los mensajes que a su vez heredamos y que deseamos transmitir -esos maravillosos valores e ideales comprendidos en el judaísmo-. A ellos, a nuestros niños y jóvenes, debemos dedicarles los más grandes esfuerzos en todos los planos: en el familiar, en el comunitario y en el nacional -en nuestra redención nacional en el Estado de Israel-. Cuando lo hacemos, y tenemos la suerte de observar los resultados que ese trabajo acarrea, nos llenamos de una satisfacción indescriptible e inspiradora. Una satisfacción que nos hace contemplar a nuestro pasado con gratitud y a nuestro futuro con serenidad y alegría. Es un tikún, una reparación a la visión de lo afirmado por el Rabi de Porisov: es observar a nuestra vida como un continuo desarrollo de lo que somos, de lo que hacemos, de lo que legamos, de lo que edificamos, de lo que transformamos. Es el desafío de ampliar los cimientos de lo construido, para poder sumar nuevos edificios de amor, de amistad, de bien, de fe, de vidas más significativas y apasionantes.

Quiera D-os que logremos acercarnos más significativamente a nuestras familias y amigos, fortaleciendo nuestros vínculos con quienes más amamos y tanto nos necesitan.

Quiera D-os que miremos a nuestro pasado cercano sin remordimientos ni reproches, con la alegría de saber que estamos poniendo nuestras energías en nuestro crecimiento.

Quiera D-os que este año nuevo 5775 esté lleno de bendiciones para nosotros y para todos.

Y quiera D-os que continuemos viendo el desarrollo, el crecimiento y el fortalecimiento de todo lo que nos es querido y valorado, del Estado y el Pueblo de Israel, y de todos nuestros Macabis en el mundo.

Con nuestros mejores deseos
¡LeShaná Tová ticatevu vetejatemu!
¡Que seamos inscriptos y rubricados para un año bueno!
¡JAZAK VE'EMATZ!

Vice director General & Director de Educación, Unión Mundial Macabi

Fuente: http://www.itongadol.com.ar