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Los Retos del Fitness Center

Centro Deportivo Israelita, A.C.

//Frida Masri. Nutrióloga

Todos hemos oído la importancia de llevar una alimentación saludable, pero ¿a qué nos referimos realmente cuando hablamos de esto?
Cuando pensamos en la palabra ‘dieta’, ¿qué es lo primero en lo que pensamos? Esta palabra, para la gran mayoría de las personas, significa un régimen, ya sea para bajar de peso, para subir de peso, para aumentar músculo, disminuir grasa, para tratar alguna enfermedad, entre muchas otras razones.

Es verdad que eso es una dieta, mas no necesariamente es el significado de esta palabra.

La palabra dieta hace referencia a todo lo que comemos y tomamos en un día. Es decir, ya sea que llevemos una buena o mala alimentación, sigue siendo una dieta.

Acabamos de iniciar con los diferentes programas de salud que se ofrecen en nuestra casa, el CDI, como el Reto Fitness, el Reto Transformación, el Mother´s Fitness, el Reto 360, Reto 360 Xtreme, en estos se ofrece un programa tanto de entrenamiento como de nutrición personalizado, con el cual el participante podrá alcanzar sus objetivos.

Nos hemos percatado cómo todos los participantes tienen cierta idea sobre “estar a dieta” significa “quedarse con hambre”, “privarse de todo lo rico”, “sufrir con la alimentación”, entre muchas otras percepciones.

Es por esto, que nos damos a la tarea de desmentirlo. A lo largo de los años, se ha tenido la creencia que al hacer dieta, el consumo de alimentos es menos y especialmente no son sabrosos, aunque la realidad es que se deben hacer ciertos cambios en cuanto a los alimentos, pero no significa que se coma mal, al contrario, significa que comeremos mejor, saludable sin excluir el disfrutar la comida.

Pero, ¿qué es comer saludable? El organismo requiere de ciertas condiciones para poder funcionar adecuadamente. Entre ellas se encuentra el comer. Cuando ingerimos alimentos se comienza una cadena de reacciones en el cuerpo, que tienen como resultado final la producción de energía para el desarrollo de todas las actividades internas como la construcción de nuevas células y tejidos, la producción de hormonas, el transporte de nutrimentos dentro del cuerpo para satisfacer las necesidades energéticas, conexiones neuronales, comunicación entre todos los órganos del cuerpo, movimiento, capacidad de pensar, de hablar, ejercitarnos, entre otras.

Imaginemos un coche. Este por sí mismo no puede funcionar. Podemos tener todas las piezas adecuadas en perfecto funcionamiento y orden, pero si no tiene gasolina, ¿qué pasa? Correcto, el coche no camina. Esto mismo aplica con el cuerpo, los alimentos son la gasolina que le da energía a este para tener un funcionamiento adecuado.

Ahora imaginemos un segundo escenario, en el cual se le agrega al mismo coche, gasolina de mala calidad. ¿Qué pasaría? Para empezar el coche marcharía adecuadamente y comenzaría a caminar, pero conforme pase el tiempo y se siga administrando esta, los sistemas se irán atrofiando y eventualmente el coche presentará problemas. Esto mismo sucede cuando tenemos una alimentación incorrecta.

Dicho lo anterior podemos ver la importancia de una alimentación correcta.

¿Qué es una alimentación correcta? Es aquella que cubre las necesidades energéticas de cada individuo, equilibrada en cuanto a macronutrimentos (hidratos de carbono, grasas y proteína) y micronutrimentos (vitaminas y minerales), que vienen de los tres grupos del “buen comer” en cada comida principal (frutas y verduras, alimentos de origen animal y leguminosas y cereales) y que se varíen los alimentos dentro de estos grupos de alimentos, que no dañe a la persona, es decir que sea inocua (buenas prácticas de higiene, temperaturas adecuadas, etcétera), que se adecúe a las características, gustos, religión, costumbres, estilo de vida de la persona.

Todas estas características son de suma importancia dentro de nuestra dieta diaria. Es importante no olvidarnos de las características de calidad como son incluir frutas y verduras en nuestra alimentación, cereales integrales, ‘proteínas magras’ (sin gran cantidad de grasa), grasas saludables (aguacate, aceites, nueces y semillas) y evitar en su gran mayoría alimentos con azúcar agregada, grasas saturadas y cereales refinados.

Todo esto ayudará a evitar enfermedades crónico-degenerativas que se están presentando hoy en día como la diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, triglicéridos elevados, colesterol elevado, aterosclerosis, várices, problemas cardíacos, problemas respiratorios, eventos cerebrovasculares, entre muchas otras que son tan comunes actualmente.

A partir de todo lo anterior, podemos darnos cuenta que comer saludable no significa restricción, al contrario, es comer adecuadamente las porciones de alimentos que nos proporcionan beneficios a la salud en vez de perjudicarla. Comer adecuadamente significa comer rico y saludable en conjunto. Es importante revisar con el nutriólogo tu dieta, pedir que te asesore, así como realizar ejercicio por lo menos 30 minutos, cuatro veces por semana.

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