El Dr. F. Fremont-Smith, citado por el Dr. Charles Kaufman, “¿Cuál es el denominador biológico más significativo para el ser humano? Y se responde: “Se me ocurre que podría ser el cuidado de los padres por sus hijos….”
El concepto de familia, se ha ido modificando a lo largo de la historia humana. La dinámica, la estructura y su composición se han ido adaptando a los cambios sociales, económicos y geográficos más no en relación a sus funciones. No hace muchos años, la familia era considerada como la promotora lógica para el desarrollo del individuo, y hoy se la sigue considerando como la unidad básica para la sociedad. Situación que es avalada en la Convención de los Derechos de los Niños en 1989: “la familia tiene un papel clave en el desarrollo de los niños, ya que es el espacio desde donde comienzan a descubrir el mundo, a relacionarse, a interactuar con el entorno y desarrollarse como seres sociales”.
En la actualidad, podemos encontrar una gran pluralidad de composiciones familiares: familias monoparentales (un solo padre), reconstruidas (de divorciados), adoptivas, y otras. Diversidad que muestra a grupos familiares reducidos e individualizados, y en los cuales los retos y el estrés cotidiano son frecuentes dado por los cambios en la dinámica familiar que tiende cada vez más a ser igualitaria en especial en la relación padre-hijos. Relación dinámica, que transita de una estructura jerárquica a plantearse una relación más horizontal y democrática.
La familia va cambiando sus roles con el paso del tiempo, en su ciclo vital: de hijo se pasa a pareja, de pareja a padre de padre a abuelo…, más sobre de ella recae la responsabilidad de promover valores, actitudes y comportamientos saludables y responsables para el desarrollo sano de sus hijos.
Ejercer la parentalidad hoy en día no es una tarea fácil, dado que se dan muchos factores que intervienen entre padres e hijos como el trabajo de ambos progenitores, separaciones de la pareja, divorcios, falta de apoyo familiar y social, incompetencia en los roles parentales, falta de consistencia en el manejo de límites, normas, hábitos y otros. Escenarios que inciden de alguna manera en el desarrollo de los hijos.
Investigaciones recientes señalan que cada uno de los padres trae consigo una manera de interaccionar y una predisposición para ejercer su rol de padre o de madre, siguiendo un patrón vivido en su infancia y adolescencia, y que son escenificadas en el contexto de la parentalidad.
Independientemente de la historia de cada progenitor, la función parental en término general implica:
Asegurar su supervivencia y crecimiento sano de los hijos.
Aportarles el clima afectivo y de apoyo emocional necesarios para un desarrollo psicológico sano.
Seguridad económica.
Y, el aportar las estimulaciones requeridas para desarrollarles su capacidad para relacionarse de manera competente con su entorno físico, social y cultural.
Decidir acerca de la no o sí apertura hacia otros contextos educativos con familiares que les aporte a la tarea educativa y socializadora como el tipo de escuela a la que se acude.
Estos, son algunos de los conceptos importantes al ser padres y ejercer la parentalidad. En posteriores comunicados seguiremos con el tema de Ser padres, función difícil y ardua por la responsabilidad que implica.
Bibliografía: Sallés Cristina,Ger Sandra “Las competencias parentales en la familia contemporánea: descripción, promoción y evaluación”.
Datos:
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